Cuenta la leyenda de los cielos que existe una estrella madre de todas. No es ni la más hermosa, ni la más brillante, ni la más grande. La verdad es que no es muy distinta a las demás. Entonces, te preguntaras, ¿cómo se puede diferenciar de las demás? Porque es la primera estrella que se ilumina en el cielo, esa que aparece cuando la noche todavía no ha llegado del todo.
Aparece la primera para guiar a las demás estrellas y a la luna, y para recordarle al sol, que es un poco olvidadizo, auqe tiene que volver a la mañana siguiente. Pero guiar a las estrellas y a la luna ni es su único cometido, también se encarga de proteger a los niños por la noche. Ella, como es madre, sabe perfectamente que a los niños les asusta la oscuridad de la noche, por eso se encarga de cuidarlos cuando se sienten desprotegidos sin la luz del sol.
Y por si todo esto fuera poco, también concede deseos, pero se los tienes que pedir cuando acaba de aparecer, cuando aun es dedía. Aunque si necesitas que te conceda un deseo muy importante cuando ya es denoche, seguro que lo hará.
Esta estrella se llama... se llama... Bueno, la verdad que su nombre es muy difícil de pronunciar, sólo los habitantes del cielo pueden hacerlo. Pero aquí la llamamos Primester. Se le puso ese nombre porque es muy sencillo y más fácil de recordar, y así no nos podríamos alvidar de ella a pesar del paso de los años.
Dicen que nació de la primera y única lágrima del cielo. Digo única porque en cuando nació el cielo no tuvo más motivos para llorar. Vereis, el cielo empezo a llorar porque se sentía muy solo. Miraba a la tierra y veía a sus habitantes, todos con sus familias y amigos, y él, en cambio, no tenía a nadie. Pero nació Primester y nunca más volvió a estar sólo.
Y lo único que hay que hacer para que ella se mantenga viva es creer.
Este cuentecito es mi regalo de navidad. En realiad se podria decir que este
ha sido el primer cuento que cree^^
